martes, 18 de noviembre de 2014

¿El mundo no está listo para los wearables por ahora?


    Un nuevo estudio realizado por PwC revela que menos de la mitad de los dueños de un dispositivo vestible lo usa todos los días. ¿Qué necesitan esos nuevos dispositivos para ser realmente funcionales?

Por Sarah Hedgecock:


   Todo el optimismo mostrado por productores y usuarios habituales de dispositivos portátiles cosas como smartbands, Google Glass y otras herramientas digitales vestibles no tiene mucho fundamento. Alrededor de 21% de los consumidores en Estados Unidos posee uno, según el informe, pero alrededor de 52% de ellos no los utilizan todos los días ese número incluye a aproximadamente 10% de los encuestados que tienen uno pero no lo usan en absoluto. Esos números se contraponen a la incesante popularidad que rodea a los wearables de compañías como Jawbone, Fitbit, Nike, y ahora Apple. “Tratamos de que este reporte estuviera muy aterrizado en la realidad”, dijo por teléfono Ceci Connolly, directora general del Instituto de Investigación de la Salud en PwC. A la gente le gusta la idea de estos dispositivos, pero simplemente no quiere preocuparse por ellos.
   El informe, que obtuvo sus datos a partir de una encuesta realizada a 1,000 personas, así como focus groups y entrevistas, afirma que 56% de los encuestados cree que el promedio de vida se incrementará en una década gracias a la capacidad de los wearables para monitorear los signos vitales. El 42% cree que mejorarán dramáticamente la capacidad atlética de la persona promedio, pero no deja de llamar la atención que esa cifra sea dos veces más alta que el porcentaje de personas que dijo poseer un aparato, para empezar. En este punto en el ciclo de adopción tecnológica, la mayoría de los consumidores está claramente dispuesta a gastar dinero en un wearable por su propio bien. (De hecho, sólo 38% de los encuestados estaba muy o bastante dispuesto a comprar uno, incluso por 100 dólares.) Pero si el dispositivo se proporciona como un beneficio para la salud y se asocia con el proveedor de cuidado de la salud del usuario, el número podría aumentar, de acuerdo con el informe, hasta 68%. Y todavía hay más obstáculos: la tecnología para dar sentido a todos los datos recogidos por un wearable aún necesita ajustes finos. Los usuarios están preocupados por la privacidad y quieren saber quién puede tener acceso a sus datos de salud. Los wearables, en este momento, simplemente no justifican su popularidad, así que no te sientas demasiado mal por ese Fitbit que descansa en el cajón de tu buró. Estás lejos de ser el único.

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